Diario de Campo.
Hasta cierto punto mi familia era demasiado apegada a la religión. Me atrevo a decir que casi nadie práctica el catolicismo como lo hacían antes, pues mis abuelos me contaban sobre todas esas cosas que en su juventud los acercaba más hacia Dios, aquellos ritos, ceremonias, cultos; que han transcendido y mantienen su fe intacta hasta el día de hoy. Todo esto lo puedo reconfirmar por anécdotas externas a mis familiares, que hablaban sobre años pasados donde la mayoría de las personas, más que ahora, eran fieles creedores de la religión católica. Desconozco la razón por la cual mis padres nunca me inculcaron nada de esto, tal vez no lo veían necesario o simplemente estaban demasiado ocupados como para enseñarme sobre todo esto. Creo que esta última es la respuesta. Sé que, desde pequeño, desde que tenía uso de razón, conozco la religión católica, no en su totalidad, pero por el contexto social en el que vivo, como el país y mis familiares, aprendí las tradiciones básicas sobre prac