Semana 3
Semana 3
Comenzaba la clase el lunes a las diez de la mañana puntual llamando la lista de estudiantes. Como es de costumbre, leímos las bitácoras de nuestros compañeros y reflexionamos sobre ellas. Recuerdo bien que analizamos tres de esas, y sinceramente se notaba el tiempo y dedicación de las autoras al momento de realizar este trabajo, pues al final de cada una de estas, discutíamos acerca de los parámetros con los que debían contar nuestras tareas a lo largo del semestre: lo literario, inferencial, intertextual y analítico. Efectivamente estas cumplían con lo dicho anteriormente, e incluso añadieron cosas que el profesor recalcó nunca haber dicho en la clase, pero hacen parte de todo este proceso, como por ejemplo la investigación autónoma con respecto a los temas vistos, expandiendo la parte intertextual, y dejando así una bitácora muy completa.
Todo esto me hizo pensar en mi tarea de esa semana y preguntarme, ¿qué le hace falta para quedar así? Entiendo que no todos hacemos las cosas de la misma manera y compararme no es valido en un escrito, pero sé y siempre he tenido claro, la escritura no es mi fuerte y se me dificulta bastante. En efecto la bitácora cumplía con los objetivos mencionados anteriormente y tuve muy en cuenta lo dicho por el profesor en una clase sobre evitar los “que” para mejorar nuestro texto, y a pesar de todo el tiempo dedicado, siento no llegar a ese punto de escribir tan bien en un texto, y es algo que debo mejorar como en mi formación comunicador. La verdad admiro a mis compañeras por sus excelentes trabajos.
Pasó luego la clase a ponerse aún más interesante, con el profesor empezamos a indagar sobre los dos enfoques de hacer investigación. Fue preguntando según las lecturas, que ya debíamos haber hecho, cuáles eran esos enfoques, y a partir de la respuesta de un compañero, discutimos sobre las diferencias entre la investigación cualitativa y cuantitativa.
Como ya había mencionado en la primera bitácora que realizamos, recuerdo conocer un poco sobre los dos enfoques debido a que alguna vez en el colegio lo vimos y me acordé en la presentación del programa de la primera clase, pero no fue hasta la tercera semana del semestre cuando por fin entendí este tema.
En la explicación del profesor en unas pocas diferencias entre estos dos enfoques de investigación, pasamos a profundidad por medio de una pequeña actividad en parejas. Consistía en realizar una breve presentación de mínimo 10 diapositivas, en donde cada una debía representar una diferencia por medio de imágenes. Nos mostró ejemplos de cómo le había quedado a otros compañeros y empezamos luego a trabajar. Tuvimos la oportunidad de apoyarnos con el navegador web, pero opté por buscar en los textos enviados para leer, donde con mi compañera encontramos información muy completa que daba para realizar la actividad; lo difícil era encontrar las imágenes que pudieran representar de manera adecuada lo visto en las lecturas. Entre lo que realizábamos la actividad el profesor iba llamando a los compañeros por orden de lista, con el fin de armar grupos de trabajos para una exposición de un tema determinado a lo largo del semestre.
Fue interesante el método que usamos para explicar nuestras actividades. Cada grupo pasaba al tablero y anotaba una de las diferencias que pusieron, le explicaban a la clase por qué lo había puesto, y luego el profesor complementaba con más ideas. Fueron un montón las diferencias que habíamos encontrado entre toda la clase: como el cuantitativo confirmatorio y el cualitativo es exploratorio, uno narrativo y el otro estadístico, objetivo y subjetivo, lineal y no lineal, deductivo e inductivo, muestras grandes y muestras pequeñas, experimento y experimental, positivista y constructivista, estático y dinámico, cantidad y calidad, generalizable y no generalizable, y un montón de diferencias más.
En lo que íbamos realizando la actividad de los compañeros pasando al tablero, me daba cuenta que un enfoque de investigación no solo se aplica en la investigación, es decir, en la vida cotidiana lo solemos hacer en todo momento de manera muy inconsciente, porque a pesar de que las personas no sepan lo que significa, nosotros sí, y de igual manera lo veremos de esa forma si no es en una investigación. Y pongo un ejemplo del día a día, Una persona que va todos los días a la universidad puede apreciar las conductas de los compañeros de clase sin inferir en ellas. De una manera muy fácil puede averiguar cuáles son las relaciones sociales que se han construido entre ellos, de odio, de amistad, de participación en actividades, etc. También es capaz de determinar lazos que evolucionan con el tiempo, que se fortalecen, debilitan o desaparecen. Y no solo en las universidades e instituciones es posible apreciar esto, pues en realidad podemos observar la conducta de los seres humanos en cualquier tipo de escenario, ya sea en un puesto de trabajo, en los comercios, o cualquier otro. El comportamiento de las personas es tan complejo que cualquier otro ámbito de observación que se le ocurra al investigador, le proporcionaría información para seguir descubriendo sus secretos. Pero es cierto que esto fue solo una deducción que hago con respecto a la actividad, y esto lo sustento con búsquedas que realicé por internet y encontré que “la investigación cualitativa estudia la realidad en su contexto natural y cómo sucede, sacando e interpretando fenómenos de acuerdo con las personas implicadas” (Blasco y Pérez 2007).
Y para casi terminar la clase, el profesor nos proyecta un video interesante sobre una mujer que sigue, sin justificación alguna, un patrón creado por la sociedad para saber su reacción frente a eso. El video lo había visto ya antes, no lo recordaba muy bien, pero me pareció cómico. El profesor nos pregunta qué tipo de enfoque investigativo era, y resulta ser que era cualitativo, pues los investigadores tenían el control de las personas. Por último, terminó la clase igual que la anterior, respondiendo qué era lo nuevo que habíamos aprendido en esta clase, sin repetir lo dicho por otra persona.
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